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domingo, 22 de noviembre de 2009

X ENCUENTRO DE LA ILUSTRACIÓN Y EL CÓMIC

El pasado 21 de noviembre fuimos al X Encuentro de la Ilustración y el Cómic de Sevilla, encuentro que huele cada vez más a Salón del Manga, de no ser por las conferencias y presentaciones que tienen lugar en su seno.


Aquí estamos en la conferencia de Rafa Marín sobre “El cómic social”, un divertido repaso al cómic estadounidense, francés, italiano y español, con momentos realmente magníficos como el dedicado a la Transición española. El único punto negativo, para la organización: al lado de la sala de conferencias pusieron el karaoke donde un sinfín de adolescentes gritaba, que no cantaba, sus canciones japonesas preferidas.




Tras la charla de Rafa, foto de grupo, tanto de los miembros de la Tebeoteca que vinimos desde Cádiz como de aquellos que ya nos esperaban en Sevilla.




Antes de ir a almorzar, tuvimos tiempo de ir a ver algunas de las exposiciones que había. Una de ellas, dedicada a casas tradicionales japonesas... ¡hechas con papel!




También podían verse una estupenda colección de origamis (muñecos de papel), junto a un taller donde te enseñaban a hacer algunas figuras.




Y un espacio bastante amplio donde poder leer cómics, la mayoría de ellos japoneses. Una selección en general muy buena, para todas las edades y gustos, aunque con un gran inconveniente: ¡no había ninguna silla donde sentarse a leer!





Tras el almuerzo, una breve presentación de la Tebeoteca.





Y justo de seguido, Fritz, Rafa Marín, Antonio Romero y yo mismo hablamos de la serie de cómics 12 del Doce que estamos haciendo en Cádiz. A continuación hubo una sesión de autógrafos, ¡e incluso hubo quien me pidió mi firma! (debo de ser el primer asesor histórico que da autógrafos).



Una experiencia divertida, aunque de cara a otros años deberían de tener más separada la parte de las conferencias y las actividades adolescentes. Ambas son estupendas, pero es una lástima que las conferencias queden interrumpidas continuamente por niños disfrazados de personajes japoneses que tal como entran salen huyendo al ver que no se habla de Naruto, o por los gritos del karaoke.


viernes, 13 de noviembre de 2009

SUPERHÉROES. II JORNADAS DE NARRATIVA GRÁFICA DE SEVILLA



Día 1º: Jueves, 19 de noviembre de 2009.

Salón de Grados de la Facultad de Comunicación.


Mañana: 10:00-14:00


Conferencia: “Superhéroes: anatomía de un género”,

Dr. Jesús Jiménez Varea

(Profesor del Dpto. de Comunicación Audiovisual, Universidad de Sevilla).


Tarde: 17:00-20:00


Conferencia: “Superhéroes y juegos de rol: una aproximación”,

D. Antonio Roda

(Investigador de los juegos de rol, Dpto. CAVPL)

Conferencia: “El poder de los fans: superhero fan films”,


D. Miguel A. Pérez Gómez

(Investigador del media fandom, Dpto. CAVPL)


Día 2º: Viernes, 20 de noviembre de 2009.

Salón de Grados de la Facultad de Comunicación.


Mañana: 11:00-14:00


Conferencia: “Héroes y superhéroes en el tebeo español: sublimación de un modelo caracterológico”,

D. Antonio Martín

(Experto en cómic y técnico editorial especializado).


Tarde: 17:00-20:00


Presentación de Tebeosfera (catálogo y revista online)

D. Manuel Barrero

(Director de Tebeosfera)


Testimonio de autor: Lee Bermejo (18:00)

(Dibujante, co-autor de Joker y Lex Luthor: Man of Steel)

Por gentileza del X Encuentro del Cómic y la Ilustración de Sevilla

lunes, 2 de noviembre de 2009

ESTHER Y OTROS CÓMICS PARA CHICAS

Los cómics para chicas fueron, durante muchos años, una parte fundamental de la industria del cómic europeo y estadounidense, y aún lo son de la industria del manga japonés. Igual que la ropa, los juguetes e incluso el cine, las viñetas mostraron tanto dentro como fuera de España títulos segregados según el sexo del público.


Que una obra vaya destinada a un público concreto no es algo extraordinario, puesto que las editoriales y las distribuidoras cinematográficas siempre aspiran a etiquetar sus productos, procurando hacerlos especialmente atractivos para un sector del público. Así, aunque una novela como Harry Potter puede tratar temas adultos como la muerte o la guerra civil, se nos insistirá de que se trata de una novela juvenil (¡a pesar de que alguna de las novelas cuente con cerca de un millar de páginas!). Series de animación y manga como La Princesa Caballero se nos mostrarán “para chicas”, aunque el estupendo dibujo y la interesante trama atraerán por igual a los lectores de ambos sexos. Abajo incluyo un ejemplo de cómic femenino, Florita, donde la propia portada indica quienes han de leer las historias.



Ahora bien, mientras que muchos cómics para chicos ofrecían multitud de aventuras (del lejano oeste al espacio, de las tramas de espionaje a los conflictos históricos, de los superhéroes tan inhumanos como Superman al melodrama cotidiano de héroes como Spider-Man) que podían ser disfrutadas por ambos sexos (Los 4 Fantásticos contó con un público creciente de lectoras entre los años 60 y 80, como reflejan los correos de la serie), los cómics para chicas se centraban principalmente en los cómics románticos. Mientras en los cómics masculinos hombres y mujeres podían aprender por igual valores como la iniciativa, la valentía o la sinceridad, en los cómics para chicas predominaban los mensajes de sometimiento, ternura y sacrificio.



Así, por ejemplo, vemos en la imagen superior a “Carol, Ama de Casa” en la colección Azucena, donde la protagonista tenía que aprender las dificultades que entrañaba ser una ama de casa hasta que, finalmente, triunfaba en su empeño, no tanto por su empeño como por sus “habilidades naturales” para el cuidado de la casa.


Sin embargo, es interesante comprobar cómo algunas veces los propios guionistas (supongo que también habría mujeres guionistas, pero hasta donde yo sé hubo muy pocas que escribieran historias para chicas, aunque sí muchas artistas dibujando los guiones escritos por hombres) lograban crear personajes mucho más realistas. Uno de esos personajes, la británica Esther y su mundo, dibujada por la española Purita Campos, muestra a una adolescente rebelde, confundida y que va creciendo poco a poco. Hermosa como no podía ser de otra manera, hija de su tiempo (y de la moda de su tiempo), Esther sorprende en ocasiones con una frescura que recuerda a la que en su día tuviera el joven Peter Parker. Capaz de meterse en numerosos líos, sus aventuras no eran meros dramas amorosos (igual que las aventuras de Spider-Man no serían meros combates con supervillanos), y en muchas ocasiones ofrecía un mensaje de rebeldía e independencia que aún sorprende.



Durante muchos años hemos pensado que los cómics para chicas eran tontos y ñoños, que contenían historias insípidas y personajes ridículos. Ahora, al releer la edición de Glénat de Esther descubrimos que teníamos una enorme cantidad de prejuicios hacia los cómics de chicas, y eso que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera los habíamos ojeado. Para mí, Esther es una historia divertida con un personaje excepcional, que todo el mundo puede leer. Negarnos a hacerlo porque no comparte nuestro mismo sexo sería como negarnos a leer Colmillo Blanco porque no somos lobos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

AVENTURAS PARA LOS MÁS JÓVENES

Hace ya bastantes años, a principios de los 60, los lectores de comic books comenzaron a reivindicar que aquella afición no era para exclusivamente para niños. Los primeros aficionados escondieron su amor hacia los cómics bajo la excusa del coleccionismo (parecía que coleccionar cómics era una afición tan noble como coleccionar sellos, siempre y cuando no disfrutaras leyendo su contenido), y las primeras convenciones giraban más entorno al mundo de la compra y cuidado de cómics antiguos que otra cosa.


Sin embargo, aquellos aficionados iban en serio, y los primeros fanzines no trataban sobre quién era más fuerte, si la Masa o la Cosa, sino que recuperaban autores y series de hacía veinte e incluso treinta años (en un mundo sin Internet ni reediciones, aquello era como decir que habían recuperado autores del medievo), entrevistaban a artistas ya entonces clásicos, etc.

Ya en los 80, con gente como Miller, Claremont, Byrne, Simonson, Wolfman y otros tantos, se hizo patente que los cómics no eran para niños, sino para adolescentes, y en ocasiones para adultos, con Moore y Gaiman como claros ejemplos.


Ahora bien, ¿qué pasa con los niños? En el intento de demostrar cuán adultas eran, las editoriales olvidaron a su público de siempre, a los más pequeños. Hacer cómics para niños parecía una auténtica deshonra, la parte más honda y oscura del mundo artístico.



Sólo hace unos cuantos años, la editorial DC Comics se puso las pilas, y ante el éxito de series basadas en dibujos animados como podían ser Scooby-Doo y las Supernenas, comenzó a ampliar su línea y a publicar divertidas aventuras para niños, con colores asombrosos, guiones simples pero divertidos y fácil lectura. Marvel ha ido a la zaga y, aunque menos coloridos y algo más realistas, sus colecciones para niños han ido ganando un hueco dentro de su producción.


Igual que hay literatura infantil y juvenil, debe de haber cómics para los más pequeños. Como las cifras de ventas han demostrado, tienen su público y, aún más importante, es la manera de hacer que los más jóvenes se aficionen a la lectura en general y a los cómics en particular. Y es que no importa el excelente nivel que puedan tener los cómics hoy día: si sólo se escribe para los lectores habituales, la afición irá extinguiéndose poco a poco.